La cabra siempre tira al monte.

Esta es una de las frases más típicas que padres y abuelos repiten cuando hacemos cosas a lo loco, sin pensar y sin ceder. Lo curioso es que poca gente sabe que la cabra montesa es un endemismo de la península y aquí os lo presentamos.

La cabra montés o íbice ibérico (Capra pyrenaica) es una de las varias especies de bóvidos del género Capra que habitan en Europa. Endémica de la Península Ibérica, en su momento de máximo auge se extendió hasta Francia y Andorra, pero ahora se limita a España y las montañas del norte de Portugal. Se trata de una especie con un marcado dimorfismo sexual, ya que las hembras alcanzan la mitad de los machos y tienen unos cuernos insignificantes en comparación a los enormes cuernos de los machos, curvados hacia atrás y separados entre ellos más de lo que lo están en otras especies.

Su dieta es básicamente herbácea, aunque en invierno se torna más arbustiva y son capaces de excavar en la nieve para encontrar alimento. Habitan tanto zonas boscosas como praderas y se distribuyen por altitudes comprendidas entre los 500 y los 2500 metros, llegando a superar los 3000 en verano. Son animales sociables, aunque con frecuencia van cambiando de una manda a otra. Aunque ahora es una especie que no tiene problema en cuanto a su riesgo de extinción, no siempre ha pasado estos buenos momentos. De hecho, de las 4 subespecies reconocidas (Capra pyrenaica hispanica, Capra pyrenaica victoriae, Capra pyrenaica pyrenaica, Capra pyrenaica lusitanica) las dos últimas están extintas, la pyrenaica desde el año 2000, hace nada.

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Este problema respecto a sus poblaciones ha sido en gran parte debido a la caza y a las enfermedades, ya que sus depredadores naturales (lobo, oso y águila) habían disminuido sus poblaciones. Respecto a la caza, se sabe que venían cazadores desde Reino Unido y Francia para hacerse con trofeos de caza muy valorados, reduciendo muchas poblaciones casi a la extinción. Por otra parte, las enfermedades han llegado a diezmar algunas poblaciones. La más importante es la sarna sarcóptica ya que puede llegar a ser mortal para los íbices, además de limitar sus capacidades reproductivas.

Actualmente, está prohibida su caza en muchas zonas, pero en Gredos hay un límite de capturas ya que de esa manera mantienen a la población de esa zona en un número estable de individuos, además de obtener beneficios económicos que pueden invertir en la protección de la especie. Este es un ejemplo de como haciendo las cosas bien, podemos salvar a una especie importante por ser única y del que se debería aprender.

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